viernes, 23 de abril de 2010

Velos

“Cuando se abandona el principio de que el estado no debe intervenir en la vida privada de los ciudadanos, acabamos regulándola hasta en los mínimos detalles. Desaparece la libertad individual. El ser humano se hace esclavo de la comunidad, constreñido a obedecer los mandatos de la mayoría. […]

El investir a la mayoría con las facultades para ordenar a la minoría qué debe pensar, leer y hacer (y a qué Dios ha de someterse, añado yo) equivale a anular el progreso de golpe y para siempre.[...]

Esa propensión de nuestros contemporáneos a acudir al estado en cuanto tropiezan con algo que les desagrada, así como su humilde sometimiento a las prohibiciones administrativas, aunque éstas les priven de cosas que les agradan, demuestra cuán enraizado tenemos aún en nosotros el espíritu servil. Se precisarán muchos años de educación para que el homo sapiens se transforme en ciudadano consciente. El hombre libre tiene que ser capaz de soportar el que sus semejantes actúen y vivan de modo distinto a como él lo haría. Es preciso que desterremos esa nuestra actual manía de llamar a los guardias en cuanto contemplamos algo que personalmente nos disgusta”

Ludwig Von Mises, Liberalismus.

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