viernes, 19 de febrero de 2010

Me encanta beber



Hay una edad en la que uno debe dejar de beber. Es esa edad en la que superar una borrachera te cuesta un día sin comer, dos de mareo y la irrecuperable pérdida de memoria de lo acontecido las últimas horas de la noche del delito. La cuestión es cómo renunciar a un placer. Puede que dosificándolo.

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