lunes, 1 de febrero de 2010

Bosta Literaria


Me asquea tanto folleto literario, tanta palabrería sobre la palabrería ajena, tanto escritor que escribe en suplementos de periódicos sobre las supuestas cualidades de sus amigos, tanta verborrea estúpida sobre la importancia de la palabra en el siglo de la imagen.

Dícese que la salud de la literatura es buena porque se venden libros como churros, porque las editoriales publican auténticas mierdas, porque el penúltimo premio Nadal fue un librucho lamentable de Maruja Torres (Terençi Moix y Montalbán preferirían no leerlo) y porque triunfa el ejemplar de babosa segundona del Planeta que colabora como psicoanalista de pacotilla en el programa nocturno de RNE y además se afilia a Galicia Bilingüe porque se considera discriminada, ya que le parece raro que no habiendo publicado un puto libro en gallego su nombre no aparezca en las listas de los nuevos escritores de Literatura Galega.

De las facultades de filología salen mamarrachos adoradores de Stieg Larsson y en los periódicos, el gran escritor de turno (Vargas Llosa, que además de escritor es un intelectual de cagarse por la patita) hace una crítica elogiosa de una de sus novelas, pero por vergüenza y dignidad, al pobre hombre no le queda más remedio que incrustar entre su basura laudatoria unas líneas en las que dice de la obra de Larsson algo así como que su técnica es mala, pero no pasa nada, porque como el libro le engancha, pues nada, a tomar por culo la estética, el dominio del hilo narrativo, la coherencia, y esas tonterías típicas de escritorzuchos del pasado... ya se sabe, los carcas aburridos de siempre.

Si la literatura goza de buena salud es porque todavía quedan librerías de viejo en las que encontrar Umbrales a 6 euros y Pedrayos a 10.

Y todo esto surge a estas horas de la madrugada porque alguien ha quitado del cajón un libro que Roberto Bolaño no quiso publicar en vida y sin el menor sentido de la dignidad lo publica en Anagrama. Cuanto hijo de puta forrándose a cuenta de destrozar la obra de los demás.






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