martes, 20 de mayo de 2008

Gombrowitz

"Pero quizá habría que subrayar más bien que el primordial y fundamental sufrimimiento no es otra cosa sino el dolor nacido de la limitación del hombre por el hombre; es decir, del hecho de que nos ahogamos y estrangulamos en la estrecha y rígida concepción que de nosotros tienen las demás personas"

Lo bueno de leer a Vila-Matas es que atrae hacia tu persona a una serie de demiurgos de la literatura contemporánea que aquellos iletrados profesores de literatura no se molestaban en citar en sus tediosas clases carcelarias, en las que debíamos permanecer atados a las jodidas sillas verdes fingiendo prestar atención, para que el susodicho pudiese llegar a casa con el ego al borde del colapso. No era cuestión de mencionar al enemigo, de darnos a conocer la obra de un polaco irreverente y genial dispuesto a lanzarse a la descripción del tedio que se produce durante las in-añoradas jornadas de estudio en las escuelas e institutos: no era cuestión de sacarse la careta y mostrarnos que el tipejo calvorota que se esconcde tras la mesa ( jodidamente verde) es Pimko, ese criminal que asalta a inocentes modernas por las noches con la excusa de enseñarles las maravillas perifrásticas del poeta de turno. ¿Acaso eran ustedes uno de esos mocosos que para hacerse los cultos pasaban tardes enteras intentando memorizar los poemas antipoemísticos de Lord Byron, acaso aspiraban a recitar, cual juglar desharrapado, las destartaladas rimas del icoñoplasta Machado? Abandonen tales hábitos, por el bien de sus cerebro todavía inmaduros, por el bien de la jodida humanidad ( verde, también verde) a la uqe dicen amar.

Creer en las instituciuones educativas de este país es uno de los ejercicios más antimuslescos y por ello, de aboluta irracionalidad. La escuela tiene como único fin la conversión de sus inocentes acudidores en instrumentos mecánicos cuya única función vital es servir al estado y a su fiel protector ( das capital ). Para ello despliega todos los instrumentos de tortura y practica la extracción de todos los rasgos propios y originales del imberbe inocente que ha sido arrojado por sus padres a las fauces del lobo.

Y todo ello, por qué? Por que educados en la más insana envidia, en la más estúpida de las costumbres, somos incapaces de dirigirnos raudos hacia nuestro propio destino sigiuendo el camino que nos dicta nuestra masa gris: antes de dar el primer paso giramos la cabeza para ver lo que hacen los otros, y en función de lo que ellos hagan, tomamos una decisión: nos preocupa más lo que los demás piensan de n osotros que lo que uno mismo aspira a ser en la vida.

Gombrowitz, un simple polaco que puede enseñarles más de la vida que los jodidamente verdes autores de la jodidamente luminosa Edad de Oro de la literatura española.

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